viernes, 8 de abril de 2011

Educación Física

La educación física tiene contenido para enseñar y eso es lo que justifica su lugar en la escuela. No se trata sólo de desarrollar aptitudes o funciones sino además hay un aprendizaje en los alumnos, una adquisición de conocimiento.
Esto no es lo que se enseñaba años atrás, en una educación física pensada sólo para el mejoramiento de aspectos físicos. Hoy se dice que la educación física es una tarea de enseñanza, por lo tanto hay un contenido a ser aprendido.Anticipándose a la pregunta por el sentido del aprender, se considera que el niño que aprende es un sujeto.
Este concepto en apariencia simple incluye una serie de dimensiones de la persona integrada. No existe una colección de órganos que se mueven y por otro lado una inteligencia, una afectividad, etc. ¡Mucho menos: un alma y un cuerpo! (viejo adagio: mens sana in corpore sano, representante olímpico del dualismo tradicional).
Sujeto implica actividad, protagonismo. A diferencia de las concepciones asociacionistas de un organismo como unidad de respuesta, se plantea un sujeto que, a través de su actividad, construye un conocimiento significativo para su vida cotidiana.
El niño posee una inteligencia práctica que a la par de (y previamente a) la actividad cognoscitiva, determina la construcción del propio yo. Conocer y conocerse son dos aspectos de un único proceso en que el niño se construye a sí mismo como ser social. Un sujeto de necesidades que se satisfacen socialmente; la forma en que se satisfacen serán determinantes para el desarrollo y las actividades futuras de aprendizaje. Un sujeto de motivos sociales internalizados, a través de la función simbólica o semiótica y de motivaciones inconscientes, fantasmáticas, transferenciales. Un sujeto de determinaciones biológicas, condicionamientos orgánicos, aptitudinales, condicionales y coordinativos. Todas estas dimensiones del niño lo determinan como un sujeto de conocimiento, y no pueden ni deben ser ignoradas cuando se piensa cualquier propuesta de enseñanza.

El objeto de conocimiento, lo que “se presenta delante” y “ofrece cierta resistencia” para ser aprendido es decir objetos sociales, culturales, con carga simbólica participan como un polo de este proceso de conocimiento. El sujeto, para captar, internalizar y reproducir comprensivamente las características del objeto debe realizar una actividad manipulatoria con el objeto , proceso que implica la asimilación de las características del objeto a sus esquemas previos y la acomodación de estos para poder interactuar con el objeto y con las nuevas representaciones construidas sobre él. Esto trae como resultado un aprendizaje significativo.
Conocer un objeto cualquiera por ejemplo las maneras de saltar, implica actuar sobre las distintas posibilidades del salto, saltar mal, saltar distinto, saltar con errores, eso de algún modo es manipular el salto como objeto de conocimiento.
Es decir que el sujeto manipula el objeto para aprenderlo, lo cual implica cierto nivel de modificación imprescindible del objeto. No hay aprendizaje del salto si el salto mismo no es deformado mientras se aprende. Pero en sentido inverso el esquema indica que al aprender este objeto el niño también es modificado porque tiene más capacidades, más competencias y nuevas formas de actuar. Se establece una relación de sujeto/objeto y un camino que esta relación recorre. Conocer un objeto es establecer significados sobre o acerca de él. El camino que el sujeto realiza adquiere una significación propia que, unida al objeto, constituye una historia que vincula al objeto con cada sujeto de un modo distinto.
Tomar conocimiento de un movimiento a través de mecanismos imitatorios, el salto, por continuar con el ejemplo, y luego realizar un proceso de adquisición de la habilidad hasta que ésta madura, implica un camino que inevitablemente el sujeto realiza en unas condiciones particulares, históricas, personales aunque en un cierto marco social condicionante
Esta historia construida, ocupada por hechos, acciones (en este caso numerosos acaecimientos del saltar), imágenes mentales, palabras, podría ser reconstruida como un permanente proceso de modificación de los esquemas de acción, que expresa las primeras manifestaciones de la inteligencia. Pero ese salto observado, quizá casualmente, por el niño, no existe “en el aire” sino que está realizado por adultos u otros niños que ocupan un lugar significativo, al menos en el plano de lo motriz, para el niño/sujeto de conocimiento. Es el otro mediador, portador y representante de ciertos valores de la cultura que el niño intentará reproducir.
Cuando ese proceso de conocimiento ocurre como un evento educativo intencional, aparece el docente que es la figura institucional. Su papel, dentro de esta postura con respecto al aprendizaje es el de mediador.
El docente facilita el camino que el sujeto tiene que realizar para aprender contenidos (objetos de conocimiento). Facilitar puede ser presentarle el contenido de algún modo al niño, ayudarlo a organizar el camino, invitarlo a reflexionar sobre ese camino (según sus posibilidades evolutivas) No es que el docente enseña y el alumno aprende, pues en ese caso la relación sería únicamente docente – alumno ocupando el contenido sólo el lugar de instrumento y queda para el docente el centro de la escena: el docente enseña – el alumno aprende. El docente tiene que correrse del escenario y tratar de ver qué le pasa a esos alumnos con ese contenido y ayudarlos en el proceso de adquisición del mismo.

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